Una tragedia conmueve al país tras la desgarradora historia de Marvin Gabriel Sandoval, un bebé de 10 meses que perdió la vida mientras su padre hondureño luchaba por salvarlo.
Desde la remota comunidad de El Encanto, en Río Coco, Catacamas, Olancho, su progenitor inició un arduo peregrinaje hacia Tegucigalpa en busca de atención médica especializada.
Comunidad El Encanto en Olancho
Todo comenzó el pasado domingo, cuando Marvin presentó síntomas graves de vómitos y diarrea. Sin servicios médicos cercanos, sus padres decidieron emprender el viaje, primero a pie, luego en motocicleta, y finalmente en vehículo. A pesar de sus esfuerzos, el bebé falleció antes de llegar a un hospital en la capital.
Un recorrido lleno de obstáculos para el hondureño
El padre relató que inició el trayecto con la esperanza de salvar a su hijo, pero las dificultades del camino y la lejanía complicaron la situación. En Palestina, Olancho, lograron que el bebé recibiera un tratamiento inicial con suero, lo que mejoró ligeramente su condición. Sin embargo, su salud empeoró nuevamente, obligándolos a continuar hacia Danlí y Tegucigalpa.
A pesar de todos los esfuerzos, el pequeño Marvin no sobrevivió. “Por los hijos hacemos cualquier cosa, pero no se pudo hacer nada”, lamentó el padre entre lágrimas.
La familia enfrenta ahora la difícil tarea de velar al pequeño. Según el padre, debido a la distancia, no podrá trasladar el cuerpo de su hijo a su comunidad natal. “Medicina Forense me entregará a mi niño, pero necesitamos ayuda para el ataúd y su traslado”, explicó.
Este caso resalta la falta de acceso a servicios de salud en las zonas más alejadas del país, donde las familias deben recorrer largas distancias para recibir atención básica, muchas veces enfrentando resultados fatales.
Las autoridades aún no se han pronunciado sobre esta tragedia, que pone en evidencia la urgente necesidad de mejorar la infraestructura de salud del pueblo hondureño.